Desafiando las Suposiciones Históricas
Durante siglos, la academia occidental mantuvo que las islas del Pacífico fueron pobladas exclusivamente a través de migraciones desde Asia. La posibilidad de que los pueblos sudamericanos hubieran realizado viajes transoceánicos deliberados fue ampliamente descartada.
"Los antiguos navegantes sudamericanos conocían las corrientes y vientos del Pacífico tan bien como los humanos modernos conocen los mapas de carreteras", insistía Alsar. Esta convicción —que los navegantes precolombinos poseían conocimientos marítimos sofisticados— se convirtió en el fundamento científico de su obra de vida.
El Método Científico: Replicación Auténtica
Lo que hizo que las expediciones de Alsar fueran científicamente significativas fue su inquebrantable compromiso con la autenticidad histórica. Sus balsas no eran simplemente inspiradas en diseños antiguos, sino recreaciones meticulosas.
Los métodos de construcción fueron notablemente fieles a las técnicas precolombinas:
- Troncos de balsa cosechados específicamente de árboles "hembra" durante luna llena para garantizar un contenido óptimo de savia
- Sin componentes metálicos en absoluto —solo clavijas de madera y cuerdas de sisal unían las estructuras
- "Guayas" tradicionales (tablones de dirección ajustables) insertados entre los troncos para dirigir la embarcación
- Cada balsa medía aproximadamente 14 metros de longitud y 5,5 metros de ancho
Tres Expediciones, Pruebas Escaladas
El viaje científico de Alsar se desarrolló a través de tres expediciones cada vez más ambiciosas:
La Pacífica (1966): Su primer intento terminó después de 143 días cuando los gusanos teredos dañaron la balsa irreparablemente. Aunque no logró llegar a Australia, este viaje inicial proporcionó lecciones cruciales sobre la construcción y mantenimiento de balsas.
La Balsa (1970): ¡Éxito! Partiendo de Guayaquil, Ecuador, el 29 de mayo de 1970, Alsar y su tripulación multinacional llegaron a Mooloolaba, Australia, el 5 de noviembre después de 161 días en el mar. El viaje cubrió la asombrosa distancia de 13.784 km, estableciendo un récord para el viaje en balsa sin escalas más largo de la historia.
Las Balsas (1973): Para demostrar que el éxito de 1970 no fue casualidad, Alsar organizó una flotilla sin precedentes de tres balsas. Después de 178 días en el mar y aproximadamente 14.000 km, la expedición llegó con éxito a Australia, con dos balsas arribando a Ballina el 21 de noviembre de 1973.
La Paradoja de la Tecnología "Primitiva"
Quizás la visión más profunda de las expediciones de Alsar fue la revelación de que la llamada tecnología "primitiva" podía lograr hazañas notables cuando se combinaba con un conocimiento sofisticado de los sistemas naturales.
Las balsas de balsa exhibieron ventajas sorprendentes:
- Excepcional estabilidad en mares agitados con balanceo mínimo
- Propiedades de auto-reparación a medida que los troncos absorbían agua y comprimían las ataduras
- Flotabilidad natural que evitaba el hundimiento catastrófico
- Diseño sostenible que creaba su propio mini-ecosistema, atrayendo peces para alimentación
Más Allá de la Navegación: Un Sistema Marítimo Completo
Las expediciones de Alsar revelaron que las capacidades marítimas de los antiguos sudamericanos no se limitaban a la construcción de embarcaciones y la navegación. Representaban un sistema completo de conocimiento que incluía:
- Comprensión sofisticada de la navegación celestial
- Conocimiento íntimo de las corrientes y patrones de viento del Pacífico
- Métodos sostenibles de obtención de alimentos en el mar
- Técnicas para recolectar y almacenar agua dulce
- Métodos para mantener la integridad de la embarcación durante largos viajes
Conclusión: Reescribiendo la Historia Marítima
Las expediciones en balsa de Vital Alsar representan más que simples aventuras audaces: constituyen una investigación científica metódica que amplió nuestra comprensión de las capacidades marítimas humanas. Al cruzar con éxito el Pacífico utilizando solo materiales y métodos disponibles para los navegantes precolombinos, Alsar forzó una reevaluación de las narrativas históricas convencionales.
Su legado nos recuerda que la historia se reescribe constantemente a medida que surgen nuevas evidencias, y que a veces la forma más efectiva de desafiar el pensamiento establecido no es a través del debate académico sino mediante la demostración práctica. Al probar que embarcaciones "primitivas" podían cruzar el océano más grande del mundo, Alsar ayudó a restaurar el lugar legítimo de los antiguos marineros sudamericanos en la historia de la exploración humana.